Cada vez son más los estudios que hablan de los beneficios de pasar tiempo al aire libre en un entorno natural. Parece claro que aumenta el bienestar, tanto objetivo como subjetivo, y que contribuye a reducir el la ansiedad, el estrés, y la obesidad.
Desgraciadamente hoy en día las pantallas parecen haber ganado la batalla. Las nuevas generaciones reciben multitud de estímulos para quedarse en casa, lo que unido a su estilo de vida predominantemente urbano, provoca que los niños de hoy en día cada vez se encuentren más distanciadas de la naturaleza. Así las cosas, parece difícil que los adultos del futuro entiendan la importancia de la conservación del entorno natural en un contexto de emergencia climática como en el que nos encontramos.
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Ventajas de ir de camping en familia
A continuación te damos 8 motivos por los que es importante que los niños vayan de camping y pasen tiempo en la naturaleza:
1 . Pasar tiempo al aire libre es bueno para la salud. No se trata solo de algo subjetivo. El organismo precisa de la vitamina D de la luz solar.
2 . Ir de camping fomenta el sentido de aventura de los niños. Es divertido, emocionante y estimula su curiosidad innata. Todo puede ocurrir en un entorno nuevo.
3 . Salir de la zona de confort. Abandonar por un tiempo las comodidades de las que disfrutan todos los días ayuda a que los niños sean conscientes de ellas y las valoren en su justa medida.
4 . Jugar sin parar. Un camping puede ser una zona de juegos perfecta, ideal para dejar que los más pequeños corran libremente hasta la extenuación. También ofrece la oportunidad de que se diviertan sin una supervisión constante como ocurre en la ciudad, lo cual es necesario para su proceso de maduración. Es necesario que aprendan a orientarse por sí mismos, a ser responsables y autónomos. Los campings ofrecen el balance perfecto entre vigilancia y libertad.
5. Hacer nuevos amigos de diferentes procedencias. Una de las mejores cosas de los campings son las amistades que se forjan, especialmente entre los más pequeños. Una cosa está clara, no hay camping sin sus pandillas de amigos divirtiéndose al aire libre. No hay pareces, ni videoconsolas con las que aislarse, por lo que socializar está garantizado.
6. Pasar tiempo en familia. En los campings las pantallas están en un segundo plano, lo que favorece la interacción y que se estrechen lazos entre padres e hijos.
7. Acampar supone trabajar en equipo. No hay mejor forma de aprender a cooperar que montando una tienda de campaña o lavando los cacharros después de la cena.
8. Ir de camping acerca a la naturaleza. Los más pequeños aprenden de ella las 24 horas. Ningún hotel puede resultar tan estimulante y productivo. Muchos niños crecen ignorando los conceptos naturales más básicos. Pasar unas vacaciones en un camping es una oportunidad perfecta para que conozcan la flora y la fauna del entorno y aprendan a respetarla, para que observen el arcoíris, las estrellas o la salida de los caracoles tras la lluvia.
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